Víctimas por la Paz en el Comahue

El viernes 3 de noviembre se vivió otra emocionante actividad de Víctima por la Paz en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Comahue (sede General Roca), con un numeroso público que siguió con atención lo que ocurría.

 

La actividad fue presentada en un formato comunicacional diferente al tradicional, optando por la modalidad de conversatorio, donde los protagonistas comentaron brevemente sus respectivas experiencias, para luego dar paso a una serie de reflexiones e intercambios con los asistentes.

La serie fue abierta por Francisco Gallo, el juguetero neuquino, que recordó la madrugada en que fue despertado por la Policía, ya que le habían estallado la vidriera de su comercio. Cuando bajó a la vía pública se encontró con tres niños apoyados contra el patrullero que habían intentado sustraerle unos peluches que se exhibían en la vidriera. Francisco, además de no levantar cargos contra los niños, les regaló los muñecos y estableció contacto con la familia de los chicos para asegurar su escolarización. Luego de eso promovió una iniciativa que se denomina «Un amigo por un amiguito», donde solicita juguetes a la comunidad para restaurarlos y entregarlos a los niños con pocas posibilidades económicas. Francisco reflexionó, entre otras cosas, que a su criterio, no existen hechos que no puedan ser perdonados.

A continuación el turno fue para Leandro Seisdedos, quien comentó que hace más de una década atrás perdió a su esposa en un accidente automovilístico, quedando a cargo del hijo en común, que por esos entonces tenía poco más de un año. Su duelo fue muy doloroso. Pero una mañana decidió ir a la dependencia policial donde se encontraba alojado el camionero que había ocasionado el accidente para manifestarle que no creía que nadie se levantara por la mañana a programar que iba a matar a cinco personas con su vehículo, y que pese al dolor causado lo perdonaba, si eso le ayudaba a tranquilizar su conciencia, fundiéndose en un abrazo emocionado. Leandro también reflexionó que para ser Víctima por la Paz no es necesario ser un superhombre o una supermujer.

Luego fue el momento de Alberto Suárez, el jubilado de Villa Regina que hace unos meses atrás había sido golpeado por un joven para robarlo. Alberto es un hombre muy sencillo, de trabajo, pero como lo había hecho en la audiencia donde perdonó a su agresor, se presentó con sus mejores galas, de traje y corbata, con zapatos muy lustrosos. Antes de hablar se dirigió al lugar donde se encontraba sentado Sebastián, el joven que lo había agredido, y volvió a estrecharlo en un abrazo, lo que provocó un cerrado aplauso del público. Alberto habló con palabras muy sencillas, pero desde el fondo del corazón, pidiendo a la juventud que trabajen por una sociedad mejor, sin violencias. Y que el había optado por perdonar para poder seguir con la vida.

Uno de los momentos que quizá haya sido más intensos es cuando tomó la palabra Sebastián Moncada, el joven que meses atrás había golpeado a Alberto Suárez. Con coraje y valentía asumió que lo que había hecho estaba muy mal, y que cuando lo hizo atravesaba un muy mal momento personal. Pero que había comprendido el valor del arrepentimiento y pedir sinceras disculpas. Afortunadamente, desde ese momento sus cosas comenzaron a cambiar, y ahora tiene trabajo para poder atender a su familia.

Finalmente, el uso de la palabra correspondió a Celia Delgado, a la sazón abogada defensora de Sebastián, que participó en la audiencia donde se produjo la reconciliación, relatando los emocionantes momentos que se vivieron, donde os asistentes terminaron lagrimeando por el intenso momento que se vivía. Asimismo reflexionó sobre la necesidad que los operadores judiciales realicen aportes en esta dirección de la pacificación de la sociedad.

El público tuvo activa participación, haciendo preguntas a los protagonistas y acercando sus propias reflexiones sobre lo que propone Víctimas por la Paz.

Una vez más se reafirma la convicción que, sin aspirar a la unanimidad, es factible en pensar en caminos de construcción de paz y convivencia, tarea en la que Víctimas por la Paz tiene comprometidos todos sus esfuerzos.